Cada mañana ponía en los arroyos acero y lágrimas y adiestraba a los pájaros en la canción de la ira: el arroyo claro para la hija dulcemente imbécil; el agua azul para la mujer sin esperanza, la que olía a vértigo y a luz, sola en el albañal entre banderas …
Leer más »Nuestros cuerpos se comprenden cada vez más tristemente
Nuestros cuerpos se comprenden cada vez más tristemente, pero yo amo esta púrpura desolada. Ah la flor negra de los dormitorios, ah las pastillas del amanecer.
Leer más »Era incesante en la pasión vacía
Era incesante en la pasión vacía. Los perros olfateaban su pureza y sus manos heridas por los ácidos. En el amanecer, oculto entre las sebes blancas, agonizaba ante las carreteras, veía entrar las sombras en la nieve, hervir la niebla en la ciudad profunda.
Leer más »Entra otra vez en las alcobas blancas
Entra otra vez en las alcobas blancas. Grandes son las jarras de la tristeza en las manos mortales. Entra otra vez en las alcobas blancas.
Leer más »El vino era azul en el acero
El vino era azul en el acero (ah lucidez del viernes) y dentro de sus ojos. Suavemente, distinguia las causas infecciosas: grandes flores inmóviles y la lubricidad, la cinta negra en el silencio de las serpientes.
Leer más »Amor que duras en mis labios
Amor que duras en mis labios: Hay una miel sin esperanza bajo las hélices y las sombras de las grandes mujeres y en la agonía del verano baja como mercurio hasta la llaga azul del corazón. Amor que duras: llora entre mis piernas, come la miel sin esperanza.
Leer más »AÚN
AÚN Hubo un tiempo en que mis únicas pasiones eran la pobreza y la lluvia. Ahora siento la pureza de los límites y mi pasión no existiría si dijese su nombre.
Leer más »Ha venido tu lengua; está en mi boca como una fruta en la melancolía
Ha venido tu lengua; está en mi boca como una fruta en la melancolía. Ten piedad en mi boca: liba, lame, amor mío, la sombra.
Leer más »Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad del corazón
Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad del corazón. Veo una luz debajo de la niebla y la dulzura del error me hace cerrar los ojos. Es la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte.
Leer más »Llegan los animales del silencio
Llegan los animales del silencio, pero debajo de tu piel arde la amapola amarilla, la flor del mar ante los muros calcinados por el viento y el llanto. Es la impureza y la piedad, el alimento de los cuerpos abandonados por la esperanza.
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