Poesía

Va a amanecer

Va a amanecer. Hay noche aún sobre tus llagas. Ya vienen los cuchillos del día. No te desnudes en la luz, cierra los ojos. Quédate en tu cama sangrienta.

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SALEN LOS CUERPOS DEL ABISMO, ASCIENDEN

  SALEN LOS CUERPOS DEL ABISMO, ASCIENDEN Salen los cuerpos del abismo, ascienden como azufre solar; su resplandor atraviesa las aguas. Hay profecías incesantes. Ved la transparencia de los signos y las palomas torturadas. Éste es el día en que los caballos aprendieron a llorar, el día horrible y natural …

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VIENE EL OLVIDO

  VIENE EL OLVIDO La luz hierve debajo de mis párpados. De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas musicales, surge una tempestad. Desciende el llanto a las antiguas celdas, advierto látigos vivientes y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi corazón. Todo …

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Entra en tu cuerpo y tu cansancio se llena de pétalos

Entra en tu cuerpo y tu cansancio se llena de pétalos. Laten en ti bestias felices: música al borde del abismo. Es la agonía y la serenidad. Aún sientes como un perfume la existencia. Este placer sin esperanza, ¿qué significa finalmente en ti? ¿Es que va a cesar también la …

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He tirado al abismo el hueso de la misericordia

He tirado al abismo el hueso de la misericordia; no es necesario cuando el dolor es parte de la serenidad, pero la lucidez trabaja en mí como un alcohol enloquecido. Sé que las uñas crecen en la muerte. No baja nadie al corazón. Nos despojamos de nosotros mismos al expulsar …

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Huyen heridas por el amanecer

Huyen heridas por el amanecer, laten sobre las aguas y su blancura se abre en ti: avefrías. Viajan de lo visible a lo invisible. Ya sólo hay invierno en las ramas inmóviles.

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AMÉ LAS DESAPARICIONES

        AMÉ LAS DESAPARICIONES Amé las desapariciones y ahora el último rostro ha salido de mí. He atravesado las cortinas blancas: ya sólo hay luz dentro de mis ojos.

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DIVÁN EN NUEVA YORK

        DIVÁN EN NUEVA YORK Tú en la tristeza de los urinarios, ante las cánulas de bronce (amor, amor en las iglesias húmedas); ah, sollozabas en las barberías (en los espejos, los agonizantes estaban dentro de tus ojos): así es el llanto. Y aquellas madres amarillas en …

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