En la ebriedad le rodeaban mujeres, sombra, policía, viento.
Ponía venas en las urces cárdenas, vértigo en la pureza; la flor furiosa de la escarcha era azul en su oído.
Rosas, serpientes y cucharas eran bellas mientras permanecían en sus manos.
En la ebriedad le rodeaban mujeres, sombra, policía, viento.
Ponía venas en las urces cárdenas, vértigo en la pureza; la flor furiosa de la escarcha era azul en su oído.
Rosas, serpientes y cucharas eran bellas mientras permanecían en sus manos.