El miedo entra en la blancura; aún

  EL MIEDO ENTRA EN LA BLANCURA; AÚN

El miedo entra en la blancura; aún
sus alas hienden la serenidad
y disciernen la sal y la ceniza.

Lívidas hélices y, en el espesor,
lentitud de los pájaros, augurios
en las venas azules de las aguas.

Ah pétalos temibles, semejantes
a las escamas puras de la cólera.

Ah pena corporal, amor herido,
animal de la luz, pueblo abrasado.

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